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EL HUMANO SUPERIOR: diseña tu filosofía de vida

«El humano superior». Suena grandilocuente, impresionante, casi divino.

¿Pero qué es el humano superior?

 

UN IDEAL INALCANZABLE

El humano superior es un ideal inalcanzable de persona sobresaliente en todas las áreas de su vida, con un fuerte desarrollo personal y espiritual y que vive completamente alineada con su filosofía de vida, valores y esencia.

Sí, has leído bien, inalcanzable. El humano superior no existe, es un ideal, como el estoico perfecto. Sin embargo, aunque no exista, el ideal de humano superior puede sernos muy útil. Tomándolo como referencia nos podemos apoyar en él a la hora de tomar decisiones, gestionar problemas, establecer hábitos y relacionarnos con los demás.

En este sentido, podemos redefinir al humano superior como el ejemplo en el que nos inspiramos para diseñar nuestro estilo y filosofía de vida.

Pero ¿cómo nos ayuda exactamente?

 

EL PROBLEMA DEL HUMANO PROMEDIO

Lo contrario al humano superior es el humano promedio, y ahí está toda la humanidad, dividida en diferentes grados de desarrollo, pero imperfecta toda (el término imperfecta no tiene connotación negativa, al contrario. Simplemente describe una realidad: nadie es perfecto).

La escala de grises

Como digo, todos los humanos somos promedio y tenemos un fuerte potencial de desarrollo, pero no todos decidimos explotarlo. Mientras que algunos tratan de alcanzar su mejor versión, otros viven con una venda en los ojos y el piloto automático en full control: trabajobaralcoholcomida basurasofáTiktok hasta las tantassleep como el culorepeat. Y también están los del punto medio, claro. Que ni tanto ni tan poco.

Pero es que además, en cada uno de los grupos, hay diferentes niveles de implicación o disfuncionalidad, por lo que al final tenemos una amplia escala de grises en la que unos están más cerca del negro y otros del blanco, según su estilo de vida, mentalidad, calidad de sus relaciones, etc.

 

ENCONTRAR TU CAMINO

Cuando una persona pretende escribir un libro, debe escoger al menos un escritor experimentado de referencia con el que se identifique e inspirarse en él. Lo mismo con una música, bailarín, luchadora o cualquier disciplina que se te ocurra, incluido el crecimiento personal.

En este último caso el abanico de figuras entre las que podemos escoger es amplísimo, pues los ejemplos están en todas partes: filósofos, sabios antiguos, influencers, maestros espirituales, deportistas, amigos, familiares, personajes de ficción o cualquier persona que nos inspire por alguna razón. Y no tenemos que escoger a una sola figura, lo mejor es que podemos juntar aquello que más nos gusta de varias figuras de referencia y crear nuestro propio ideal de filosofía y estilo de vida que se adapte a nosotros.

Y es esa mezcla de figuras y referentes que inspira mi filosofía y estilo de vida lo que llamo «el ideal del humano superior».

Un manual contra la mediocridad, la insatisfacción y la infelicidad

Una vez creada, esta figura ideal sirve de guía y referencia para vivir de la forma más plena y con la mayor virtud e intención posibles, pero también conscientes de qué nos hace felices y qué no. Qué nos hace bien y qué nos hace mal.

Definiendo al humano superior estoy definiendo mi ideal de ESTILO DE VIDA y FILOSOFÍA DE VIDA. Que a su vez se pueden desglosar en mi ideal de:

  • Relaciones.
  • Hábitos.
  • Mentalidad.
  • Prioridades.
  • Valores.
  • Objetivos.
  • Ocio.


Y cualquier otra área de mi vida que considere importante.

Además, lo puedo ir adaptando a medida que avanzo y voy cambiando mi forma de pensar. Para ello tengo que estar abierto a aprender, leer, conocerme y transformar mi mentalidad continuamente. Lo contrario significaría estancamiento y cerrazón, dos «defectos» que, dicho sea de paso, yo considero incompatibles con mi ideal de humano superior.

Te cuento una breve historia que lo ilustra muy bien:

 
VIDEOJUEGOS: ¿BASURA TODO?

Desde pequeño me han gustado los videojuegos, pero con los años me di cuenta de que me quitaban mucho tiempo y que era mejor dejarlos. Ahí comenzó una etapa muy productiva de mi vida durante la cuál leí mucho y escribí mis dos libros de ficción.

Años más tarde volví a darle una oportunidad a los videojuegos, pensando que quizá entonces podría controlar el tiempo que les dedicaba. Y no, no pude. Era o todo o nada. O desinstalaba los juegos y guardaba la consola o jugaba mínimo dos o tres horas al día, que era gran parte de mi tiempo libre. Hasta que me di cuenta de algo muy importante: hay videojuegos que son como Tiktoks y videojuegos que son como cine.

Mientras que unos te enganchan por su propio sistema de juego ultrarrápido y lleno de estímulos dopamínicos visuales y sonoros, otros te llevan a vivir una historia. Y claro, el efecto en el cerebro de unos y de otros es totalmente distinto.

Desde entonces dejé de prohibirme jugar a videojuegos. En vez de eso, me prohibí jugar a videojuegos basura dopamínico-tóxico-dementóricos. Y aunque la realidad es que hace tiempo que no juego a nada (de vez en cuando al ajedrez, si juegas avísame), sé que si me apetece volver a hacerlo puedo, solo tengo que escoger bien a qué (el LoL está penado con cárcel).

Gráfico que explica al humano superior.

Cómo crear tu ideal de humano superior

Una vez entendido por qué es importante crear una referencia sólida pero flexible que nos guíe en los retos de la vida, vamos a crearla.

Le puedes poner el nombre que quieras: guía vital, filosofía personal, manual de vida, etc., pero es importante que la construyas pensando en el ideal de humano según tu forma de ver la vida, y que estés abierto a ir adaptándola a medida que creces y transformas tu mentalidad (idealmente hacia una cada vez más rica, crítica y abierta).

 

Para crearlo, tendrás que hacer 9 cosas muy importantes:

  1. Leer a maestros y filósofos reconocidos.
  2. Analizar a personas de tu entorno que te inspiran de una forma u otra.
  3. Definir los valores y principios que son importantes para ti.
  4. Aprender y reflexionar sobre la gestión emocional ideal.
  5. Definir tu ideal de relación amorosa, de amistad y familiar.
  6. Averiguar qué hábitos son imprescindibles para vivir tu vida ideal.
  7. Definir la mentalidad ideal para enfrentar la vida y sus vaivenes.
  8. Aprender a identificar las actividades de ocio que te hacen bien y las que te hacen mal.
  9. Analizar tu situación actual en base a todo lo anterior y buscar puntos de mejora.

Veamos con más detalle cada uno de los nueve puntos.

 

1. Leer a maestros y filósofos reconocidos

Leer a personas que en diferentes momentos de la historia han reflexionado sobre tus mismas preocupaciones te dará una cantidad de inspiración de valor incalculable. Aprovéchalo.

Yo, por ejemplo, me inspiro mucho en la figura de Jesús (al margen de la Iglesia Católica), Buda y los estoicos, por mencionar algunos. Todos ellos me dan paz y me ofrecen una guía espiritual y filosófica para establecer prioridades y encontrar un camino de satisfacción y plenitud personal.

 

2. Analizar a personas de tu entorno que te inspiran de una forma u otra

Estoy seguro de que hay alguien en tu entorno que te inspira o te hace sentir bien cuando está cerca. Puede ser familia, amigo, pareja, conocido, compañera de trabajo o incluso mascota (algunos animales, desprovistos del peligroso ego humano, pueden inspirar a las personas a actuar con coraje, lealtad o aceptación, por ejemplo).

Busca en esas personas los rasgos de personalidad o mentalidad que reconozcas como valiosos. Puede ser su mentalidad optimista, su coraje ante los problemas o el miedo, su plena disponibilidad cuando alguien le necesita o su inquebrantable lealtad con su pareja. Cualquier cosa que te inspire analízala.

 

3. Definir los valores y principios que son importantes para ti

Puede que nunca hayas pensado en cuáles son los valores y principios más importantes para ti y que te gustaría que rigieran tu vida. Quizá para ti es muy importante el principio de igualdad o el de justicia. O quizá los valores que más te mueven son la virtud y la tolerancia.

Sea como sea, debes aprender a distinguir unos de otros y a establecer una lista jerarquizada de principios y valores que te ayuden a actuar de la forma más correcta posible según tu forma de pensar y vivir. Sea cual sea esa lista, será mejor que el piloto automático guiado por impulsos emocionales mal gestionados.

 

4. Aprender y reflexionar sobre la gestión emocional ideal

¿Cómo te gustaría reaccionar cuando sientas miedo o impotencia? ¿Cómo te sientes después de haber levantado la voz o golpeado durante un ataque de ira? ¿Y cuando niegas la tristeza y la reprimes?

Aprender a identificar, comprender y reaccionar adecuadamente a nuestras emociones no es sencillo, pero reflexionar sobre ello es el primer paso. Y es un primer paso muy importante.

 

5. Definir tu ideal de relación amorosa, de amistad y familiar

A menudo nos vemos envueltos en relaciones disfuncionales o insatisfactorias. Amigos que no son leales, parejas que no tienen los mismos planes a largo plazo, familiares que no nos entienden y tratan de imponernos su forma de pensar, etc.

Define el tipo de amigos que te gustaría tener, el tipo de pareja con la que quieres estar y aquellas actitudes o dinámicas que estás y no estás dispuesto a tolerar de tu familia. No es necesario pasarse de estricto aquí, las personas somos seres complejos y, al menos bajo mi punto de vista, es importante ser un poco flexibles en nuestras relaciones, siempre que se cumplan unos mínimos.

De lo contrario, podríamos quedarnos solos, y te aseguro que el mundo está lleno de personas geniales, e imperfectas como tú, que aunque no sean 100% como a ti te gustaría, pueden hacer mucho por tu bienestar y felicidad. Sin mencionar que solos y aislados no somos nada.

 

6. Averiguar qué hábitos son imprescindibles para vivir tu vida ideal

¿Es importante para ti tener buena salud y forma física? ¿Qué hay de la paz mental? ¿Pretendes crear y desarrollar un proyecto creativo? ¿O leer a todos los clásicos? ¿Quizá esperas emprender con éxito y dejar tu trabajo?

Descubre qué hábitos necesitas para vivir tu vida ideal.

 

7. Definir la mentalidad ideal para enfrentar la vida y sus vaivenes

Este apartado es el que vas a revisar cada vez que te enfrentes a una situación difícil, y puedes usar aquello que has definido en los puntos anteriores para construir esta especie de herramienta multiusos que, a grandes rasgos, establezca la mentalidad más óptima para lidiar con las dificultades.

 

8. Aprender a identificar las actividades de ocio que te hacen bien y las que te hacen mal

Uso mi ejemplo aquí:

  • Salir a bailar me hace bien, ver Tiktoks me hace mal.
  • Leer me hace bien, beber alcohol me hace mal.
  • Comer con amigos me hace bien, mantener relaciones vacías me hace mal.
  • Ir al cine me hace bien, ver la noticias me hace mal.
  • La naturaleza me hace bien, ver pornografía me hace mal.

 

Y así hasta que des con todo aquello que haces o te gustaría hacer.

 

9. Analizar tu situación actual en base a todo lo anterior y buscar puntos de mejora

Cuando ya tengas definida tu filosofía y estilo de vida, analiza qué estás haciendo mejor y peor y comienza a implementar cambios.

Lee y relee tu filosofía de vida y comprométete con ella. Va a ser tu faro en medio de la tormenta, la cálida hoguera al final de un día duro, la mano amiga que te consuela cuando más lo necesitas.

 

UNA NUEVA FORMA DE VIVIR

Ahora comienza una nueva etapa de tu vida. Una con más consciencia, más autoconocimiento y más responsabilidad, pero también con más tiempo de calidad con tus seres queridos, con tus proyectos, con tus aficiones y contigo mismo, con menos sufrimiento, más apertura, más éxitos y más paz. Disfrútala.

CONOCE tus lImitaciones. reprograma tu mente. vive.

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